Es común que muchas personas caigan en la trampa de pensar que todas las personas son malas o que las relaciones son problemáticas, debido a las experiencias del pasado.

En otros casos seguimos pensando que simplemente estuvimos con la persona equivocada. Y así vamos por la vida buscando personas. Pero nunca nos preguntamos si realmente podemos conectar con "los diferentes", sino que pensamos que simplemente se extinguieron. No todos son malos o son equivocados. El problema es si realmente conocemos nuestra forma de relacionarnos. Muchos no son conscientes de cuáles son sus herramientas y valores para relacionarse con otros, lo que hace más difícil reconocer quien está alineado con la nuestra. 

Nosotros mismos tal vez fuimos "el equivocado" para alguien más. Aunque nuestras intenciones sean buenas, es posible que nuestras acciones o necesidades no se alineen con las de la otra persona. 

"Enterarse" que si es posible conocer quien se alinea con nosotros, es un bombillo que se nos prende, en especial cuando salimos de una relación difícil. Entender nuestras formas es una practica como ir al "gym". Solo que en lugar de pagar y dedicar tiempo en el gym, dedicas tiempo y pagas por el aprendizaje "trabajas en ti" y en este caso "trabajas en conectar con el amor". Y si, es un mundo al que te “suscribes” porque, una vez que empiezas, conectar con el amor es un mundo lleno de aprendizajes. Cada quien elige a qué vida suscribirse, de quienes se rodea, a qué “contenidos” les da prioridad. 

Reconocer esto nos ayuda a cultivarnos como individuos más conscientes y considerados para futuras relaciones. Quien se abre a amar se abre a cultivar el amor dentro de si mismo para poder reconocer el amor en el otro. Quien vive cerrado al amor se queda diciendo que todos son malos, equivocados o que todos son iguales.

 

Amar es mucho más.
Jeane.

Porque somos un equipo con experiencia, de confianza y centrado en sus objetivos, tenemos el privilegio de trabajar con una gran cantidad de clientes fantásticos.

Todos tenemos una pasión. ¡Esta es la mía! Desde muy temprana edad, decidí dominar mi arte. Y he estado aprendiendo desde entonces.