Mis posteos

Bien·amarse para bien·amar.

 Amar mucho no significa bien·amar.

Amarse verdaderamente a uno mismo, requiere esfuerzo, es un trabajo personal, que permitirá que podamos amar de una forma más honesta a los demás. 

5 minutos de lectura.

 

Amar mucho no es bien·amar.

Muchos de nosotros elegimos a determinadas parejas porque nos decimos a nosotros mismos aquello de que “es la persona adecuada, la que nos conviene, la que puede hacernos feliz”. Casi sin darnos cuenta, llegamos a la abnegación donde no hay fronteras, al “vivo solo para ti” y esa codependencia feliz donde nos queremos mucho, y donde lo tuyo y lo mío queda aniquilado para dar forma a un “lo nuestro”, ahí es donde sin darnos cuenta se disuelven las propias identidades.

Amar mucho no siempre es sinónimo de bien·amar, porque la cantidad, en ocasiones, no va de la mano de una auténtica calidad en lo afectivo. Entender lo antes posible esto nos ayuda a reaccionar, para dejar a un lado tristes idealizaciones y ser capaces de construir relaciones más fuertes, satisfactorias y maduras.

"Eres mi vida, soy tuy@" suena bien en un momento apasionado


Pero incorporarlo en la base de nuestras creencias es lo que trae problemas, la dificultad de visualizar nuestra vida sin esa persona, incluso no tener la capacidad de visualizarnos solos. Porque esto prácticamente significa que yo no existo, que no soy un fin en si mismo. Trae conflictos creer que en el amor la otra persona nos pertenece o que le pertenecemos a alguien "lo mío no lo comparto". Eso es amar desde la posesión, que lleva luego al miedo a perder algo. Amar desde la más pura esencia no genera miedos. La razón de todo esto es que a nivel cultural hemos confundido posesión con respeto. Y el respeto va más allá de "chantajear" indirectamente a nuestra pareja para que esté a nuestro lado "si yo me llego a enterar te dejo".

El miedo a estar solos, o que nos quiten lo nuestro, o que todo se derrumbe en nuestra relación, viene de creernos que la vida sin pareja no tiene sentido. El peor consejo que pude darle a una de mis amigas alguna vez al terminar su relación fue "tranquila ya vas a encontrar otro" y peor terminé de rematar "y con ese te vas a casar". La Jeane de hoy dice WTF!

Si mi vida no tiene sentido sin ti, entonces yo ando en el vehículo de mi vida sin rumbo. Los únicos que podemos ponerle rumbo a ese vehículo somos nosotros mismos, para que cuando la otra persona "te falte" tu no quedes a la deriva.
 
"Tu me completas" si mi pareja me completa, entonces hay una parte de mi que me falta. Soy un ser incompleto y cuando estamos incompletos, estamos desequilibrados internamente, los únicos que podemos completarnos, otra vez, "somos nosotros mismos". 

Si tu me completas y yo te completo, entonces somos dos seres desequilibrados. 
Y siempre vas a esperar que alguien venga a poner esa pieza, ese tornillo que te falta. 

Así vamos poniendo todo el amor en manos de otros, dejando siempre la responsabilidad en los otros. 
Y dejar nuestra propia capacidad de amarnos a un lado. Abandonándonos en excusas donde la otra persona me hace, me escribe o no me escribe. Que me enamora o no me enamora. 

Esta bien darnos cuenta que socialmente algo estamos haciendo mal. 

De hecho lo que nos hace daño es no terminar de aceptar que la forma que hemos aprendido a amar, no es la mejor, ni la más adecuada. Ponernos una banda en los ojos pretendiendo que si sabemos amar. 

"Para entender todo, es necesario olvidarlo todo”.

-Buda-



Caminamos junto a alguien para vivir un amor "sano",  o en encontrar a ese alguien. Pero hay cosas con las que nos vamos a ir tropezando que no entendemos del todo, que a veces simplemente son insoportables, difíciles o complicadas. Que responden a nuestra falta de equilibrio personal. Desde ese lugar construimos formas de amar que te llevan a pensar que un espacio individual de tu pareja sea una amenaza, que una red social sea una eterna angustia o que un “me gusta” sea un conflicto.

Así aprendimos a creer que es el amor, desde las torturas emocionales, que crean complicaciones que normalizamos, y hacen del amor algo complejo. Así no existe un amor sano.

Bien·amar es amar en equilibrio. 

Son dos personas equilibradas que no tienen miedo a perderse. Por lo tanto, tu no eres mío ni yo soy tuya. Y como no me perteneces, yo amo desde la pura esencia de que me ames porque me prefieres no con el temor de perderte. Por eso no te vigilo, no te reviso, no controlo tus movimientos.

"Somos dos seres equilibrados que nos amamos porque tu amas amarme en toda tu potencia. Porque cuando tu estas conmigo puedes ser libre de expresar todo lo oscuro que hay dentro de ti. Y toda tu luz. Pero sobre todo puedes ser tú mismo, y yo puedo ser la compañía del sentido que le das a tu vida".

Me bien·amo para bien amar.


Si no nos amamos, no podremos establecer relaciones de pareja sanas porque es completamente imposible ofrecer a los demás lo que a nosotros mismos nos falta.

La forma de amarte es aprender a conocerte para entenderte y lograr aceptarte.
¿Cómo se hace esto? entendiendo tu forma de sentir, tus pensamientos y tus acciones. Entendiendo tus creencias, todo eso que a veces juzgas como bueno o malo, que crees que es una verdad absoluta y que a veces hasta juzgas en otros. Nos encanta creer que tenemos la razón en todo. Pues amarse a uno mismo es entender que a veces no es así. Amarse uno mismo es ir cuestionando todo lo que creemos para darle forma a nuestras propias creencias y romper con patrones que nos hacen repetir conductas. 

Así funcionamos.
Y esto nadie nos lo enseña. Por esta razón muchas personas no tienen idea de cómo hacerlo, no tienen idea de como aprender a entenderse, a conocerse. A buscar explicaciones que van muchos más allá.

¿Te enamorarías de alguien a quien no conoces? 
Entonces estaría bien empezar por conocernos a nosotros mismos. 
"Ser una persona más equilibrada requiere trabajar en tener equilibrio". Requiere abrir nuestra mente para aprender más.

Hoy puedo decir que veo (no busco) en un hombre que se esté conociendo o que esté consciente de su forma de sentir, pensar y actuar (conozca respuestas a sus deseos, conozca su forma de amar de forma consciente, que reconozca lo que es y lo que no es amor, conozca exactamente que es lo que quiere para que su forma de amar no lo lleve a tambalear) que tenga un sentido en la vida bien definido, para que si es necesario terminar la relación, como personas maduras, él pueda seguir su rumbo y agradecer lo bonito, sano y maduro que nos dimos. Hoy puedo decir que puedo establecer cualquier tipo de relación, a corto o largo plazo, casual o no, y de la misma forma puedo respetar y dejarme respetar.

Bien·amarse para bien·amar, requiere un esfuerzo, es un trabajo personal.
Pero siempre lo más cómodo es no hacerlo. 





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