Mis posteos
Domesticando la soledad.
Derribando creencias sobre la soledad. Una soledad elegida vs una soledad sufrida.
La buena practica de la soledad, en pareja y sin pareja, nos ayuda a expandir nuestra mente, a comprendernos mejor y ofrecer todo lo bueno que tenemos, a hacerlo desde un conocimiento propio y un profundo amor por lo que somos.
7 minutos de lectura.
"La soledad puede ser una herramienta preciosa para ser mejores,
siempre y cuando sepamos hacer uso de ella".
No cualquiera es capaz de domesticar a la soledad, la mayoría aprendimos a tener una “obligación” de compartir con otros. En cierta forma porque somos animales sociales que necesitamos compañía, pero no quiere decir que aun rodeados de mucha gente podemos sentirnos comprendidos.
La soledad se elige en momentos de nuestras vidas que puede ayudarnos para conectar de nuevo con nosotros mismos. A veces, es también una forma sana de alejarnos de lo que no nos conviene, lo que nos molesta o altera nuestra paz interior.
En la psicología se define como “soledad funcional”, se trata de alejarnos de un entorno que sentimos nocivo o nos desgasta, con el fin de reencontrarnos y recuperar así nuestro bienestar psicológico.
Esta soledad elegida la aprovechamos para nuestro crecimiento personal. Destacando que crecimiento no es tener más lujos materiales. Sino de esos lujos internos que fortalecen nuestra autoestima. Esos que nos hacen conocer más sobre nosotros mismos. No sobre nuestro color de cabello y color favorito. Sino como somos más hacia dentro.
¿Hay que aprender a estar solo?
La respuesta es sí.
Pero hay que aprender a tener soledad elegida, esa que te hace crecer.
Además, no sólo es para los que están sin pareja, también ayuda a fortalecer relaciones más plenas y más equilibradas. Cuando sus integrantes de forma individual aprovechan y valoran momentos para su crecimiento interno la relación toma un sentido más sano.
Se diferencia de la sufrida o la disfuncional, porque en esta última te lamentas y no le ves el sentido a tu vida. Ahí es peligrosa, porque te puede llevar a la depresión o a relacionarte desde la dependencia, por eso es importante mirar dentro para revisar de donde vienen esos miedos.
Aunque es verdad que al tratar de adaptarnos a la soledad al principio puede doler, pero es un dolor transitorio mientras aprendes lo maravilloso que puede ser. Esto no ocurre solo, tienes que enseñarte y aprender a domesticarla, abrir tu mente a nuevos conocimientos y reconectando contigo. Buscando la respuesta a ese miedo a estar contigo o a querer necesitar estar con otras personas.
Una vez escuché a alguien decir: "yo no puedo estar solo, necesito treparme por las paredes".
Muchos le temen a la soledad y lo disfrazan con un "no me gusta". Ante la presión social, empiezan a sentir frustración cuando el tiempo pasa y se dan cuenta que no tienen pareja. Y ahí es donde tenemos que poner una banderita roja como advertencia.
El miedo a la soledad puede reflejarse en algunas parejas que temen enfrentarse al divorcio o a la ruptura justo porque no pueden imaginar esta escena en sus vidas. Prefieren quedarse en una relación incompleta que no les da felicidad. O motivados por el miedo al “qué dirán”. Lo cual puede ser dañino para el bienestar de ambos.
El error de buscar pareja precipitadamente para huirle a la soledad
Podría ser indicativo de que no soportamos ni siquiera nuestra propia compañía. Antes de tener pareja, es recomendable disfrutar o aprender a disfrutar de nuestra compañía. De esta forma, podemos evitar entrar en relaciones disfuncionales justo por esa misma necesidad de estar con personas.
Derribar todas esas creencias que tenemos que nos hace caer en una soledad sufrida cuando en realidad puede ser una de las experiencias más enriquecedoras que jamás hemos podido vivir. También aprovechar para revisar nuestras creencias en el amor para aprender a relacionarnos con personas más sanas y equilibradas.
Siempre hacemos ejercicio físico, y está bien es importante. Pero el ejercicio mental no lo olvidemos, el ejercicio interno.
El tesoro que esconde la soledad
Cuando aprendes a domesticar la soledad, es en esos momentos contigo que aprendes lo que quieres y lo que no en tu vida, así como a respetarte y defenderte. Esto ayuda mucho a que el amor llegue de una forma más sana y diferente que el que llega cuando es más la necesidad de estar con otras personas, cuando no se cultiva a sí mismo. El amor aparece de una forma tan fuerte como el amor a ti, el amor propio.
Cuando empecé a amarme más a mi misma... Si "empecé", porque a veces creemos que nos amamos y un día te das cuenta que no sabes de fondo que es eso de autoestima. Sabes el significado pero no sabes si la tienes de verdad, no sabes como "medirla". Crees que es un "yo me quiero" pero realmente es mucho más. Entonces cuando empecé a cultivar este amor por mi, mi mundo cambió. Pude empezar a entenderme mucho más, a conocerme y a amarme verdaderamente.
Todos los tesoros que puedes encontrar:
La soledad nos ayuda justo a esto de reencontrarnos, nos permite conocernos más a nosotros mismos. Para amarte verdaderamente necesitas reencontrarte contigo, conocerte. Amarte permite que construyas relaciones de amistades o de parejas más sanas. Si tienes hijos te ayuda a relacionarte mejor con ellos. La soledad, además te ayuda a encontrar el sentido de tu vida, darle una razón a tus días, esto te ayuda a vivir mas plenamente.
Solo en soledad podemos reflexionar sobre nuestra vida, nuestros valores y proyectos, nuestras virtudes y defectos. Sin momentos para reflexionar, nunca podríamos saber dónde estamos y a dónde queremos ir.
La soledad es el lugar para conocer y explorar nuestros gustos y aficiones.Tener momentos para nosotros solos, nos permite explorar nuestras formas de ocio particulares. Podemos ver películas o series que solo nos gusten a nosotros, leer libros, escribir, salir a pasear o correr si te gusta, cocinar, darnos un baño relajante… Lo cierto es que la cantidad de planes es infinita. Pasar tiempo de ocio con nosotros mismos es una forma de autocuidarse y mandarnos el mensaje de que somos independientes. Esto puede ayudarte a evitar relaciones disfunsionales y de alta dependecia emocional.
La soledad es el espacio para la introspección para pensar en nosotros y en nuestras relaciones y buscar la manera de mejorar.
Aquí la importancia de ver que pasar tiempo con uno mismo es un maravilloso tesoro.
No se trata de pensar que somos autosuficientes en todo. Aunque en realidad solo nos necesitamos a nosotros mismos para respirar el aspecto socioemocional sigue siendo importante para mantenernos cuerdos. Lo que sí podemos decir es que no necesitamos a nadie, pero sí que preferimos ciertas compañías que sintonicen con nosotros, con nuestro interior.
¿Pero cómo domesticarla?
Atrévete a debatir contigo mismo, a tener una sana relación con tus pensamientos, aprende a crecer tu mente. Programa tus espacios de soledad, con tu propia compañía. Ábrete al mundo y otras formas de pensar, conoce a gente libre de prejuicios.
Aprende a conectar contigo. Aprende a conocerte.
(Pronto estará online mi guía conecto conmigo)
De esto se trata ·delochoseis· de aprender a conocernos más. De amarnos bien para poder amar bien a otros. Dar y recibir un amor equilibrado. De sacarle las telarañas a ese mundo interior y empezar a entrar a él sin miedo, de saber más sobre las cosas que pensamos. De estar en relaciones que hagan buena sintonía con nosotros y de ser personas que hagamos una buena sintonía en el mundo.
"Solo una persona plena, satisfecha y feliz consigo misma y con la vida que lleva, puede construir la felicidad con alguien más a su lado",
Los contenidos de delochoseis.com se redactan solo para fines informativos y educativos. No sustituyen el diagnóstico o el tratamiento de un profesional. Ante cualquier duda, es recomendable la consulta con un especialista de confianza.